Xocolarte en Villa del Carbón para la familia
Hace unas semanas conocí Xocolarte y fue como encontrar el corazón del chocolate. Caminando por una de las calles en Villa del Carbón puedes encontrar este hermoso lugar que sin lugar a dudas todos los miembros de la familia amarán.
La noche que lo conocimos solo pensaba en comprar chocolate y conocer el lugar pues acabamos de comer pero es tan encantador que me generó la necesidad de regresar y aprovechando que estaríamos un par de días mas convencí a Clau de volver al día siguiente con los niños mientras el resto compraba las cosas para la cena y fue una gran idea.
¿Qué vas a encontrar en Xocolarte ?
De entrada una selección muy variada de chocolates, (sin conservadores, sin colorantes y muchos veganos) Angel fue fan de los arandanos cubiertos de chocolate, para mi lleve grano de cacao cubierto de chocolate y para Marco trufas de chocolate con nuez pero la variedad no termina ahí (los enumeraria todos pero se haría muy largo el post) Gus se pidió para llevar un tascalate* que al final todos le queríamos robar.
Ademas de poder comprar chocolate y bebidas para llevar, es una cafeteria sumamente acogedora y con detalles vibrantes que te enamoran, cuenta con una chimenea ideal para el clima de Villa del Carbon (y mas si como nosotros vas en invierno) tienen una sala de proyecciones donde puedes asistir con tu grupo y ver una de las películas que tiene o llevar la que mas te guste de tu selección y disfrutarla con unas ricas palomitas.
Es un foro donde de vez en vez se realizan tertulias con artistas locales, tiene una pequeña galeria de arte Tequiti y cuando te digo que es ideal para ir con la familia es porque la joya de la corona, la cereza del pastel para mi es su ludoteca.
Claudia y yo amamos el concepto esa noche, amamos sus bebidas y sus crepas al día siguiente pero ¿Disfrutaron los niños ir a Xocolarte? Sin duda alguna, no solo les gusto lo que comieron y bebieron amaron el espacio de la ludoteca, un lugar pequeño pero lleno de actividades por hacer, desde escalar, bajar, jugar con las pelotas, trepar el muro de escalada, ver los colores y ya al final también descubrimos que tenían juegos de mesa en prestamo pero ya teníamos que irnos.
El servicio fue muy amable, nos explicaron que tenían las bebidas, nos dieron recomendaciones y los precios nos parecieron bastante adecuados pasamos una linda mañana sin desfalcarnos, platicamos muy a gusto mientras veíamos de cerca a nuestros nanos, lo único malo: nos quedamos deseando que existieran en la CDMX pero la buena es que no esta taaan lejos y de paso cuando vayamos a visitarlos podemos darnos una vuelta por el pueblo.
Además realizan chocotour, degustaciones y demostraciones sobre el proceso artesanal estas aún no las conozco pero espero pronto poder contarles que tal están (o si ustedes ya las conocen por fa cuentenme!!!! jajajaj)
Solo puedo decir una cosa, ¡Quiero vivir ahí y que me hagan un cuartito!. Si me vi con la lap escribiendo todo el dia, esperando a que prendan su chimenea, acostando a mi bebé imaginario en las cunitas, etc. Un lugar que enamora todos los sentido.
Me encantó conocerlo contigo