Mi historia de parto (Violencia Obstetrica)
Llego el día de mi parto, mas de 41 semanas espere este momento, iba a constantes revisiones por la circular simple de cordón, así que monitoreaban que todo estuviera perfecto, por fin una noche como de programa de televisión, la fuente se me rompió en la sala del departamento mientras le servía un vaso con leche a un amigo que nos fue a visitar, impresionados me cambie el vestido blanco mientras mi amigo acercaba su auto y todos: mi mamá mi esposo, mi amigo y yo corríamos al hospital, me había preparado (según yo) fui consiente de cada paso durante el embarazo, pero en el parto de repente el cassette se me borro.
Llegamos a urgencias y tocamos salió el doctor y me pidió esperar un momento, apenas cerro la puerta la volvió a abrir y pasé, estuve un rato ahí, le dieron mis pertenencias a mi mamá me canalizaron y me subieron a piso donde había otras dos mujeres y un par de doctores mas. Eran las once de la noche, mis contracciones se hacían mas intensas yo me dedicaba a hablarle a mi bebé en cada una de ellas, lo imaginaba bajando un poco mas y a cada una de las personas que tanto lo amaban, una doctora me hizo el tacto, checaron algo en la bolsa pregunte que era y me dijeron que oxcitocina y de repente las contracciones vinieron con tal intensidad que por momentos creo que hasta olvide respirar, unas trabajadoras sociales me pedían unos datos pensé que esa no era la mejor ocasión, el dolor era tan fuerte que no podía evitar gritar en especial cuando me hacían el tacto, pedí que revisaran a mi bebe porque traía circular, llevaron el monitor vieron que todo estaba bien y a las cuatro de la madrugada llego el momento de pujar, lo intentamos un par de veces pero al parecer no lo hacia tan fuerte que terminaba regresando (nunca imagine que así sería mi parto), me llevaron a la sala de expulsión y dijeron que harían una incisión, me espante porque pensé que se referían a una cesárea. Ellos se referían a una episiotomía, porque mi bebé estaba ya con sufrimiento fetal cansada y con miedo que me rendí (al menos no era una cesárea) hicieron el corte, puje y en eso lo sentí.
Lo mejor de mi parto
Sentí esa fuerza mágica, intensa, imagine a la tierra cuando nace un volcán, era la vida, vida saliendo de mi ser y lloré no de dolor mas bien de gratitud, las contracciones no fueron sencillas, sentí que se me iba la fuerza en cada una de ellas, pero cuando lo sentí, cuando coronó fue el momento mas fuerte y pleno que he vívido hasta este momento, una oleada de placer a pesar del dolor y del ruido de la oxitocina sintética en mi cuerpo.
Escuche que tenia triple circular y vi a todos los doctores rodearlo decían que tenia que haber sido cesárea, el tiempo se hizo tan lento hasta que escuche por fin su llanto, me lo enseñaron era tan bello me acerque a besarlo, tenía tanto miedo de romperlo, se lo llevaron a revisar mientras nacía la placenta en eso momento todo fue gozo, lo había visto y estaba naciendo la bolsita que lo cuido, alimento y protegió dentro de mi, 41 semanas de espera y por fin lo vería, me indicaron que ahora limpiarían y que tenia que respirar como si estuviera corriendo, sentí la mano del doctor dentro mio pero nada importaba solo podía pensar en mi bebé.
Me llevaron a otra sala con él para que lo alimentara y nos dejaron a solas, buscó mi pezón y comenzó a comer, nada fue mas hermoso que ese momento.
La verdad sobre mi parto
Siempre pensé en mi parto como un gran momento de fuerza, no solo mía también la de mi bebé que venía en camino abriendose paso como un guerrero, un momento de amor de entrega total, de comunión con la tierra, siempre lo conté así, con una sonrisa en la cara hasta que poco a poco entendí que no fue tan bello, que me violentaron y (tal vez afortunadamente) no me percate.
Una enfermera llego y me pidió que me descubriera porque me iba a rasurar y lo hizo de tan mala gana que hasta me sentí mal por no saber que tenía que hacerlo, YO NO QUERIA OXITOCINA, nadie nunca me pregunto, ni siquiera me avisaron, sólo me canalizaron y cuando me queje me dijeron que era lo que se tenía que hacer porque no dilataba, las contracciones mas que fuertes eran violentas, estaba a media luz y sola ya que al ser un hospital federal no permitían que entrara alguien conmigo, ni siquiera la fe de mi madre porque al pedir que me pusieran en la piel una oración (el mismo rito que hizo con mi hermana) nos contestaron que estaría en una sala esterilizada y que «eso»no estaba permitido, cuando me quejaba en especial cuando me hacían el tacto (que era cada 40 minutos aprox), me decían que me callara.
Hubo confusión en mi porque la doctora me realizaba el tacto intentando abrir mas, las trabajadoras sociales me hacían preguntas que no entendía y me rendí pedí la epidural, necesitaba que el dolor acabará (afortunadamente me tarde tanto en pedirla que ya no era opción, a pesar del dolor me da gusto ahora saber que es una batalla que no perdí) no hablaron conmigo, no me informaban y ese era mi parto, mío no de ellos yo era la protagonista y me trataron como un trámite mas, para ellos yo no existí, seguro ahora ni siquiera me recuerdan, comprendo ahora que los hospitales han convertido una experiencia de vida en un ejercicio rutinario, me despojaron de todo cuanto pudieron no se con que intención nadie debería parir así, con miedo, en soledad en abandono, el parto es una celebración y yo estoy ahora dispuesta a hacer cuanto pueda para evitar que esto siga pasando, información y unión es lo que se necesita, alzar la voz nuestra voz y la de nuestros hijos, la de nuestra pareja que esta lejos en una sala corriendo por tramites y sin saber de nosotros, se dice que la familia es la base de la sociedad entonces no se debería separar en el parto. Hay tanta incongruencia.